En el conjunto de ofrendas funerarias asociadas al artesano, se encontraron numerosas bolsas con diversos contenidos. La mayoría de los objetos en el interior de estas bolsas eran, probablemente, herramientas y materias primas que el individuo utilizaba en vida, especialmente en la creación de finos cestos de caña destinados a la élite del Castillo de Huarmey.
Una de estas bolsas, confeccionada con hilos de algodón, presenta como motivo principal una figura abstracta repetitiva de cabezas del life o pez gato, un símbolo ampliamente difundido en la iconografía de la costa norte del Perú. En su interior se hallaron madejas de hilos de fibra de camélido teñidos en rojo y amarillo, un ovillo de hilos negros, semillas de nectandra (una planta psicoactiva de hábitat tropical) y la miniatura de una bolsa de algodón enrollada.
Además de madejas y ovillos de diversos colores, otras bolsas contenían semillas de frijol negro (Phaseolus vulgaris), cañas cortadas longitudinalmente, cuerdas de fibra vegetal, fragmentos de tiza, bloques de resina, bobinas, así como lascas de sílex y obsidiana.
La segunda bolsa, conocida como chuspa, destaca por su calidad artística y notable estado de conservación debido a las condiciones de extrema sequedad de la costa peruana. La chuspa fue hallada dentro de un atado ubicado a los pies del fardo funerario y aún permanece cosida al textil que originalmente la envolvía.
La chuspa tenía una función esencial para su portador: contenía y transportaba las sagradas hojas de coca (Erythroxylum coca), un elemento crucial en las relaciones sociales y prácticas espirituales del mundo andino. La coca desempeñaba un papel central en rituales religiosos, como bien de intercambio y como estimulante para la vida diaria. Dado que la coca no crece en la costa debido a su necesidad de alta humedad para crecer satisfactoriamente, los habitantes del valle de Huarmey probablemente comerciaban esta planta con otras regiones o la cultivaban en zonas más altas.
Un aspecto particularmente interesante es el cuchillo de metal, unido a la bolsa por una cinta de cuero. Este cuchillo no solo tenía un valor funcional, sino que también tenía un significado simbólico, reflejando posiblemente un estatus social diferente. El asa de la chuspa, confeccionada con urdimbres de algodón y tramas de fibra de camélido, está decorada con intricados y coloridos motivos abstractos.
Roberto Pimentel Nita